Bueno, pues se terminó. los dedales de Isangel han llegado a su fin, y han quedado realmente preciosos, ya estoy haciendo algo con ellos, aunque no era precisamente lo que había pensado.
HOLA, soy Maribel, siempre he cosido, al principio porque me enseñaron las monjas, luego porque le cogí afición y al final porque me resulta imposible no hacer nada mientras veo la televisión o cuando estoy en el hospital acompañando a mi niño. Y ese es mi sueño volver a aquellas tardes de verano en el pueblo sentada a la puerta de la casa como nuestras abuelas cosiendo y tomando el sol y conversando con unas amigas mientras cada una hace una labor y la compara con la de su compañera de al lado, no hay mala intención sólo amor por el buen hacer y por la belleza que somos capaces de crear con nuestras manos.
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